
El Ayuntamiento de Gijón sigue apostando por la mejora del reciclaje en la ciudad, poniendo especial énfasis en la correcta separación de residuos orgánicos.
La Empresa Municipal de Servicios de Medio Ambiente Urbano de Gijón (EMULSA) ha iniciado un proceso de renovación de los 1.400 contenedores marrones instalados en el casco urbano, para facilitar el uso y reducir los residuos impropios depositados en ellos.
Entre las acciones destacadas se encuentra la instalación de nuevas tapas con bocas de mayor tamaño para estos contenedores, aemás, se ha reactivado el sistema de cerraduras que permite el acceso mediante la Tarjeta Ciudadana, tras un periodo de prueba en el que estas estuvieron deshabilitadas.
El coste total de esta iniciativa asciende a 465.900 euros y cuenta con el apoyo de los fondos europeos NextGenerationEU del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR). Las labores de mejora se prevén finalizar en el primer trimestre del año y buscan optimizar la separación de residuos y reducir el volumen de desechos incorrectos en los contenedores marrones, cuya proporción superó el 30% durante el periodo de prueba.
El aumento de residuos no orgánicos en los contenedores marrones es un problema que podría imponer un coste de hasta 80 euros por tonelada para el tratamiento de residuos orgánicos, hasta ahora gratuito, lo que incrementaría la tasa de basuras para los ciudadanos.
Actualmente, la tasa de reciclaje en Gijón se sitúa en un 36,2%, lejos del objetivo del 55% que la Unión Europea exige para 2025. El Ayuntamiento advierte que el incumplimiento de estas metas podría traducirse en multas de hasta un millón de euros anuales.
El Ayuntamiento está elaborando el borrador del Plan Municipal de Residuos (2025-2030), basado en un proceso participativo con la ciudadanía. Este plan incluirá programas de gestión de residuos, prevención en su generación, promoción de la economía circular y acciones de sensibilización para fomentar el reciclaje adecuado.
El Ayuntamiento recuerda que en el contenedor marrón deben depositarse exclusivamente residuos orgánicos en bolsas de plástico cerradas. Estos incluyen:
- Restos de fruta y verduras.
- Restos de carne y pescado.
- Cáscaras de huevo, frutos secos y marisco.
- Posos de café y restos de infusiones.
- Restos de comida cocinada, pan y bollería.
- Tapones de corcho, serrín, cerillas y servilletas usadas.