
La histórica máquina fue construida por Constructora Gijonesa en los años 20 para una azucarera de Monzón y ha pasado por Benavente y Palencia antes de regresar a su ciudad de origen.
Una pieza excepcional de la historia industrial gijonesa regresa a casa. El Museo del Ferrocarril de Asturias ha logrado recuperar la única locomotora conocida que fue fabricada en Gijón y que ha llegado hasta nuestros días. Se trata de una máquina de vapor construida hace aproximadamente un siglo por la empresa Constructora Gijonesa, destinada originalmente a prestar servicio en una azucarera de Monzón (Huesca).
Durante los años 20, España vivió un auge en la producción de azúcar a partir de remolacha, impulsado en parte por la pérdida de las colonias como Cuba. En ese contexto, Asturias participó activamente en este proceso, no solo mediante el cultivo local, sino también con la fabricación de maquinaria e infraestructuras para otras regiones del país.
La locomotora en cuestión fue diseñada por Constructora Gijonesa, una empresa que más adelante sería conocida como Juliana Constructora Gijonesa y que hoy forma parte del grupo Armón. Aunque esta compañía se asocia actualmente con la industria naval, en aquella época también se encargaba de producir maquinaria industrial, incluidas calderas y locomotoras de vapor.
Según el director del museo, Javier Fernández, la locomotora fue construida hacia 1920, como indica la placa con el nombre original de la empresa, que cambió en 1925. Su función principal era transportar remolacha y carbón entre la estación de Monzón y la azucarera local, perteneciente a la Sociedad General Azucarera Española.
Tras ser retirada del servicio en los años 70, la máquina fue trasladada a una planta en Benavente (Zamora), donde permaneció durante años como elemento decorativo en el exterior de unas oficinas. Más adelante, fue vendida para su desguace, aunque terminó en manos de un empresario de Palencia. Ha sido allí donde el museo ha conseguido recuperarla tras una negociación para su adquisición.
Aunque no fue la única locomotora fabricada en Gijón, sí es la única que se conserva. Otras unidades, como las construidas por la Industrial Asturiana antes de la Guerra Civil, se han perdido sin dejar rastro. Fernández señala que esta locomotora no fue fabricada completamente desde cero, sino que fue una adaptación de un modelo alemán, ensamblado en Gijón con tecnología propia en chapa, pero probablemente con componentes importados como el motor o la transmisión.
El archivo de Constructora Gijonesa está perdido, lo que deja muchas incógnitas sobre su producción, pero el hallazgo de esta locomotora supone un hito en la preservación del patrimonio industrial de la ciudad. Una vez llegue desde Palencia mediante transporte especial, será restaurada y pasará a formar parte de la exposición permanente del museo.